caja de sentimientos y situaciones

Preparar la Caja:

Toma una caja (puede ser de cartón o de madera) y decórala con colores brillantes, pegatinas o dibujos. Puedes escribir "Caja de Sentimientos y Situaciones" en la tapa para hacerla más atractiva.

Asegúrate de que la caja tenga una abertura suficientemente grande para meter y sacar papeles o tarjetas.

Crear las tarjetas de emociones:

Recorta pedazos de cartulina o papel y crea tarjetas pequeñas. En cada tarjeta, escribe o dibuja una emoción (feliz, triste, enojado, sorprendido, nervioso, etc.).

Puedes agregar preguntas relacionadas con cada emoción, como "¿Qué haces cuando estás feliz?", "¿Qué podrías hacer si te sientes triste?".

Si el niño tiene dificultades con las palabras, usa imágenes de caras que representen diferentes emociones. Puedes incluso buscar pictogramas o fotos de personas con expresiones faciales para hacer las tarjetas más visuales.

Crear las tarjetas de situaciones sociales:

En otras tarjetas, escribe o dibuja situaciones sociales que pueden provocar diferentes emociones. Algunas ideas de situaciones incluyen:

"Te invitan a una fiesta pero no conoces a nadie."

"Un amigo te presta su juguete."

"Tu hermano te quita tu juego favorito."

"Vas a la tienda con tu mamá."

"Alguien te pide ayuda con una tarea."

Las tarjetas pueden ser tanto escritas como visuales, dependiendo de las necesidades del niño.

Juego:

Coloca todas las tarjetas dentro de la caja (puedes hacer dos montones si lo prefieres: uno para emociones y otro para situaciones).

El niño debe sacar una tarjeta de la caja, leerla o mostrarla, y luego pensar en cómo reaccionaría ante esa situación o emoción.

Si sale una tarjeta de emociones, por ejemplo, "triste", el niño puede pensar en cómo se siente cuando está triste, qué podría hacer para sentirse mejor, o incluso contar una historia relacionada con esa emoción.

Si sale una tarjeta de situaciones, por ejemplo, "alguien te pide ayuda", el niño puede pensar qué podría decir o hacer en esa situación, cómo respondería a la otra persona, y cómo se sentiría.

Puedes hacer preguntas adicionales como: "¿Qué dirías si alguien te habla cuando estás triste?" o "¿Cómo podrías ayudar a alguien que está enojado?"

Refuerzo social:

Durante el juego, pueden tomarse turnos para sacar tarjetas y responder. Esto puede convertirse en una actividad compartida donde tanto tú como el niño practican cómo hablar sobre emociones y cómo reaccionar en diferentes situaciones sociales.

Después de cada turno, pueden hablar sobre cómo resolverían cualquier problema o cómo podrían hacer que la situación sea más agradable.

Variaciones:

Juego en grupo: Si tienes más niños o adultos participando, cada uno puede sacar una tarjeta y representar la emoción o la situación de manera teatral. Esto fomenta la expresión emocional y el juego de roles.

Tarjetas de soluciones: Agrega tarjetas con sugerencias de soluciones para cada situación. Por ejemplo, "Si te sientes triste, puedes hablar con un amigo" o "Si tienes un desacuerdo, puedes pedir disculpas". Esto puede ayudar a que el niño aprenda estrategias para manejar sus emociones y situaciones sociales de manera efectiva.

Beneficios de este juego:

Concentración y atención: El niño debe concentrarse en las tarjetas, en las emociones y en las situaciones que está extrayendo, lo que ayuda a mantener su enfoque.

Desarrollo de habilidades sociales: Al reflexionar sobre cómo responder a las situaciones sociales y emocionales, el niño mejora sus habilidades de interacción y empatía.

Expresión emocional: El niño aprende a identificar sus propios sentimientos y a practicar cómo expresarlos de manera adecuada.

Toma de decisiones y resolución de problemas: Al enfrentar diferentes situaciones y pensar en soluciones, el niño practica cómo tomar decisiones y cómo abordar problemas sociales o emocionales.

Este juego es muy adaptable y puedes modificarlo según las necesidades y los intereses del niño, asegurándote de que esté disfrutando mientras desarrolla importantes habilidades sociales y emocionales.